Retrato de Pedro Pablo Muñoz Godoy fue restaurado exitosamente en el Laboratorio de Pintura del Centro Nacional de Conservación y Restauración del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.
El martes, 16 de abril de 2019, en el Museo histórico Gabriel González Videla —y en el marco de la conmemoración de los 160 años de la Revolución Constituyente—, se hizo entrega del retrato restaurado de Pedro Pablos Muñoz Godoy*, que viene indudablemente a engrosar el rico patrimonio de nuestra región.
El óleo de Pedro Pablo Muñoz Godoy, pintado por José María Bravo** en 1882, se encontraba muy deteriorado, tanto en su tela como en su marco y bastidor. Se hicieron muchas gestiones para salvar el retrato. Los especialistas del país, consultados, dijeron que no era posible, porque tenía mucho daño. La preocupación era que en ese instante no había otro retrato del prócer. Este óleo ya era destacado; había sido expuesto, en el siglo pasado, por el Club Social de La Serena y por el Liceo bicentenario Gregorio Cordovez.
Sin embargo, en la localidad de Azapa, el directivo de la Sociedad Pedro Pablo Muñoz, en el marco de una Convención Nacional de la Cultura refirieron el tema a Roxana Seguel Quintana, directora del Centro Nacional de Conservación y de Restauración, la cual a su vez hizo gestiones con el Laboratorio de Pintura del mismo centro, los cuales aceptaron el desafío y lo integraron como una acción para ser ejecutada en el año 2018.
Un equipo interdisciplinario compuestos por historiadores, pintores, restauradores y patrimonialistas, encabezados por María Carolina Ossa Izquierdo***, en las dependencias de la Recoleta Dominica, llevaron adelante la tarea de intentar un milagro.
Esta actividad, se enmarcó, en la conmemoración de los 160 años de la “Revolución Constituyente”, que la Sociedad Pedro Pablo Muñoz Godoy realizó durante los meses de marzo y de abril de 2019.
*Pedro Pablo Muñoz Godoy nació en La Serena (1828); sus raíces se enlazan con el Conquistador, Francisco de Aguirre y Lucila Godoy. Se casó con Doña Rosaura Cortés Monroy; tuvo descendencia. Hoy, es una frondosa familia que se ocupa en el arte, la empresa y la educación. Manuel Antonio Matta, dice, en sus honras fúnebres: “…fue la vida, desde casi su comienzo hasta su fin, una prolongada y variada lucha, un combate sin cesar concluido y que renacía sin cesar y que no agotó las fuerzas ni extinguió las esperanzas con las cuales trabara el combate y sostuviera la lucha, sin acobardarse ni exasperarse, fiando el éxito al tesón, al brío, al cálculo y al acierto de sus actos”. Desde temprana edad fue asociativo, preocupado del prójimo; condujo la “Sociedad de la Igualdad” (1851) en la región siguiendo el espíritu de Bilbao, y, luego, reunió a los trabajadores en la Sociedad de los Artesanos de La Serena (1864), a pesar de encontrarse exiliado. Fue de los fundadores del Partido Radical; elegido Concejal de La Serena y, más adelante, reiterado diputado de la República en representación de Coquimbo. Fue empresario denodado y creativo: fundó un puerto de embarque en Totoralillo Norte; se arriesgó con la extracción mineral en La Higuera e incorporó métodos de vanguardia en la fundición del cobre, y contrató a cientos de trabajadores en sus faenas. Creó riqueza; abrió caminos y conectó a pueblos; fundó la comuna de La Higuera. Repartió su riqueza. Creó escuelas, hospitales, casas de acogida y ayudó a viudas y huérfanos de las contiendas militares. Fue mecenas: financió a pintores, escritores y diarios de la Región. Se destacó como un amigo fiel hasta la muerte. Arrastró, por ejemplo, el cuerpo del Comandante de Carabineros, José Silvestre Galleguillos, desde el interior de la Región y le dio santa sepultura en el cementerio de La Serena, y cuyos hijos después morirían en los campos de batalla de Guerra del Pacífico. No le importa que el General, Pedro León Gallo haya estado en el 1851 en otro bando, y lo apoyó hasta marchar juntos al exilio. Érase un soldado valiente. Encabezó junto a Carrera Fontecilla y Vicuña Mackenna, el “Sitio de La Serena (1851)”, la mayor gloria militar de la Región de Coquimbo, y, luego, como coronel, encabezó las tropas de los Igualitarios de Coquimbo en el ejército Constituyente (1859). Financió el glorioso Batallón Coquimbo en la Guerra del ‘79, y creó su Hospital de Sangre. Hablaba desde el corazón; fue seguido por el pueblo. Amó a Chile, pero su devoción era Coquimbo. Hizo la revolución varias veces para descentralizar al país. Creía firmemente en la educación pública y en el voto universal. Estuvo varias veces al borde de la muerte por sus ideales de autonomía y justicia social; sin embargo, falleció en su casa en 1882. Como su pariente, Gabriela Mistral, fue “criatura regional”, y ha sido el hijo más notable de La Serena (ref.:Arturo Volantines).
**José María Bravo. Pintor y fotógrafo, activo en La Serena desde 1860. José María Bravo fue el más conocido retratista fotográfico de La Serena durante el siglo XIX. Las primeras noticias suyas, sin embargo, lo identifican como pintor en Valparaíso y Concepción, en 1856. En esa oportunidad se avisó como retratista al pincel recién llegado a Chile después de haber estudiado en Quito con el famoso pintor Salas y de haber recorrido varias ciudades de Ecuador, Perú y Norte de Chile. La prensa de Valparaíso y Concepción comentó elogiosamente sus retratos y cuadros de historia, destacando la juventud de Bravo, del que dijeron había sido discípulo de Monvoisin. Poco después de estas noticias, Bravo debió incorporar el retrato fotográfico a su labor de pintor itinerante. En abril de 1859 aviso en La Serena, “hallándose de vuelta en la ciudad”, ofreciéndose como retratista al óleo o en fotografía, sobre papel iluminado, vidrio y hule; también ofreció marcos decorados y cajas para adornar retratos. Desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde atendía en la casa de D. Angel Herquíñigo, en la calle del Teatro (Brasil). Se estableció en La Serena con anterioridad a 1863, ya que se conocen retratos con su sello fechados en esa ciudad dicho año. En 1884 se presentó en la Exposición Nacional de octubre en Santiago, exhibiendo un cuadro de vistas y retratos fotográficos. En 1902 Bravo seguía atendiendo al público en La Serena, en un taller de pintura (ref.:Pedro Pablo Figueroa).
***María Carolina Ossa Izquierdo es Licenciada en Arte con mención en restauración y Magister en Estéticas americanas, ambos por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Desde el 2010 es la Conservadora jefe del Laboratorio de Pintura, del Centro Nacional de Conservación y Restauración, Servicio del Patrimonio Cultural, Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio. Su tarea es dirigir, coordinar, supervisar y evaluar las investigaciones, intervenciones y actividades del laboratorio a cargo. Es especialista en Gestión de Riesgo para el patrimonio cultural dictando cursos de capacitación en estas materias en todo Chile y en el extranjero. Coordinadora de la Mesa Técnica de Protección del Programa Ibermuseos. Ha participado y liderado proyectos de investigación y restauración del patrimonio pictórico y mural chileno, dentro de los cuales destacan “Restauración de la Serie Grande de Santa Teresa”, “Estudio diagnóstico del Mural Historia de Concepción”, “Estudio iconográfico y valoración simbólica para la conservación de la pintura mural de la iglesia y convento de San Francisco: el barroco andino en el Chile central”, y el proyecto “Gil de Castro y su tiempo” cuyo resultado fue un catálogo razonado de la obra del pintor, dos exposiciones internacionales y una serie de publicaciones. Actualmente coordina al interior del Centro Nacional de Conservación y Restauración el proyecto “Monvoisin en América, estudios para la caracterización técnico-material de la obra de Raymond Quinsac Monvoisin”.