La poesía une a los pueblos[1]. Los poetas unen a los pueblos. En estos años de bicentenarios: de la declaración de la independencia de Argentina en 1816, del cruce de Los Andes y de la liberación de Chile en 1817 como empresa argentina-chilena y de la declaración de la independencia de Chile en 1818, este libro de poesía contemporánea de la región de Coquimbo y de la provincia de San Juan, se convierte en un aporte invalorable a estas celebraciones y denotan una vez más la tradición de dos pueblos y de dos regiones contiguas en la cordillera: Coquimbo y San Juan.
Doscientos años se resolvía la contradicción y conflicto entre libertad o sojuzgamiento, entre república o colonia. Nuestros pueblos estaban en la etapa de génesis, de pueblos en su construcción histórica como naciones. Como siglos antes el conflicto había sido entre pueblos originarios contra invasores colonialistas.
La segunda mitad del siglo XIX fueron los años de tránsito de ganado en pie a través de la cordillera; fueron los arrieros transitando la alta cordillera desde San Juan hasta Coquimbo y Copiapó. Historias de no acabar nunca.
Y también fueron de exilados argentinos en Chile, de exiliados chilenos en Argentina; de combatientes argentinos en la región de Coquimbo, de combatientes chilenos en San Juan. Y después de exiliados chilenos en Argentina en los años de la dictadura pinochetista: la ayuda argentina en la lucha contra la dictadura. Todo ello denota los lazos históricos permanentes entre ambos países y particularmente en esta región.
La poesía que une los caminos, que acerca las fronteras. La gigante Gabriela Mistral del valle de Elqui y Buenaventura Luna, el poeta jachallero: ellos marcaron a fuego la región para que supiésemos que éramos cordillera y poesía; mar y travesía. Gabriela y Buenaventura constituyen dos vertientes y envergaduras distintas de la poesía, pero a la vez están inmediatamente cercanos en su misión de dar palabras —nuevos nombres— a nuestras realidades históricas y culturales.
Gabriela recorrió el mundo para divulgar su tierra y su patria. Buenaventura recorrió a mula el futuro camino internacional trasandino en 1952 y llegó a La Serena con el propósito de acercarnos simbólicamente.
Existe un largo pasado común que nos une, pero no se trata de repetir frases hechas sino de dar nuevas significaciones a esta realidad histórica y cultural de nuestros pueblos. Este libro reafirma la tradición de hermandad y la ensancha, la expande. Reafirma la tradición de amistad entre los poetas de ambas regiones de la cordillera. Contribuye desde la poesía, quizá la más inasible, bella y dolorosa de las expresiones artísticas humanas. Poesía y poetas puestos en el oficio, en la tarea de embellecer el mundo, de decirle cosas a los hombres y mujeres, a descubrir la infinidad-infinitud de la existencia social y subjetiva.
En la década del noventa llegó un grupo de poetas de la región de Coquimbo a San Juan; el poeta Víctor Nobre se comunicó con ellos y desde entonces se produjo un recorrido de poetas yendo y viniendo de un lugar de la cordillera al otro: encuentros, recitales, exposiciones, presentaciones de libros, homenajes, antologías poéticas. Antologías poéticas como la preciosa edición chilena de Poesía contemporánea de Los Andes de 2005 y la presente, que indica una continuidad y discontinuidad con la primera. Estas antologías de poesía, a la que cabe agregar la Primera antología de narrativa contemporánea argentino-chilena “Encuentro de Los Andes”, edición reciente, casualmente a la par que esta.
Hombres y mujeres de mar y cordillera; hombres y mujeres de valle y cordillera. La cordillera nos ha separado, pero también nos ha unido. Los proyectos de acercamiento entre los estados nacionales continúan, además del hacer de los pueblos y del quehacer de los escritores en este sentido. Más allá del proyecto del túnel excavado en la cordillera para que nos una materialmente, este libro “El Túnel, 2.0”, nos acerca y une en un plano cultural; se trata de avanzar en este camino.
Hay tanta belleza en la poesía coquimbana; en los poetas de la región de Coquimbo aquí reunidos: hay tanto que decir de esta humanidad, de este mundo que construimos. La poesía está desarmada y es combativa a la vez. Debemos entender a la poesía como manifiesto en defensa de la vida y como esplendor de la vida. Acá están los poetas en este gran homenaje a la poesía de ambos pueblos. Está acá la poesía de Coquimbo: en el manifiesto y el esplendor de sus poetas.
[1] Nació en Jáchal, Argentina en 1951. Albañil, sociólogo, docente, investigador, Doctor en Ciencias Sociales. Poeta y escritor. Ha publicado quince libros de investigaciones históricas y sociológicas y seis de poesía. Ex preso político de la dictadura militar, es militante de derechos humanos. Como poeta ha recibido numerosos premios en concursos literarios, ha participado como invitado en festivales y encuentros nacionales e internacionales de poesía. Escritor fundamental en el intercambio cultural entre estos países; ya que ha estudiado, viajado y promovido el patrimonio común y su difusión. Con Arturo Volantines han trabajado enfáticamente por la implementación de los acuerdos culturales que devienen del “Comité de integración de Agua Negra”, donde han fomentado, entre otros: congresos, encuentros, presentaciones y publicaciones.