Susana Pacheco Tirado*
Egresada Escuela Normal La Serena – Promoción 1961.
La Deuda Histórica se originó cuando el año 1981 la educación fue traspasada a las municipalidades. Al profesorado no se le reconoció el reajuste especial de entre 50 y 90% del suelo base, que se nos había entregado pocos meses antes, junto a los demás empleados públicos. Este reajuste, no hacía sino reparar en parte el recorte de más de dos tercios que habían sufrido nuestros salarios luego del golpe militar.
Por esta razón y debido a esta deuda que se volvió histórica, el Magisterio fue el sector más castigado del país.
Muchos, profesoras y profesores jubilamos con sueldos miserables y por tanto con pensiones miserables. Luego de treinta años de servicio yo recibo una pensión de $ 161.mil pesos.
Han pasado los años, la deuda ya resulta imposible de cancelar porque se incrementó exponencialmente. Hoy sólo pedimos una reparación económica.
LA PATRIA, por la que nos formamos, al alero de las Escuelas Normales, y a quien servimos gran parte de nuestras vidas, aquella que nos llevó por diversos caminos rurales en la época en que en Chile el analfabetismo era una verdadera “plaga” que oscurecía el porvenir e impedía el progreso. Aquella por la que con sólo 19 años nos comprometimos con lo elegido.
Elegimos salir a educar donde nos necesitaran, a crecer junto a nuestros alumnos, a empaparnos de una realidad imposible de aprender a través de textos, a conocer que el invierno puede ser más doloroso y largo en algunos sectores del país, a concederle la importancia que reviste la presencia de la Escuela en sectores más desamparados. Esto fue lo que elegimos y esto fue lo que amamos por muchos años.
LA PATRIA por la que insistimos diariamente en las aulas el respeto hacia sí mismo y hacia los demás, el compañerismo, y la cordialidad por la que cocinamos para entregar almuerzo y leche a nuestros alumnos, por la que hicimos del “silabario” la más noble herramienta de superación; por la que llevamos a los más apartados lugares la solemne interpretación del himno nacional, el recuerdo de los héroes de nuestra historia, y el profundo y respetuoso concepto de que todas las niñas y niños son dignos de recibir la educación que los hará mejores hijos, mejores alumnos ,mejores ciudadanos.
ESTA PATRIA hoy nos ha olvidado.
Los años si bien nos han dado sabiduría y serenidad hoy resulta doloroso comprobar que en Chile, la vejez nos ha hecho perder dignidad y derechos.
Por estas razones y muchas más que no alcanzan en ninguna página, digo con indignación, tristeza e impotencia:
EL ESTADO DE CHILE
ME DEBE.
*Nació en Ovalle (1942). Ingresa a la Escuela Normal de La Serena, donde descubre su profunda inclinación por la música y la literatura, recibiendo durante esta época sus primeros premios literarios tanto en prosa como en verso. Egresa como la alumna más destacada de su promoción en las asignaturas de Castellano y Literatura. Profesora especialista en Educación Musical y en Metodologías aplicables a niños con discapacidad intelectual. Licenciada en Educación, grado académico otorgado por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Escribe música para sus poemas los que han sido interpretados por Coros Universidad La Serena y “Alfredo Berndt” de profesores. Investigadora histórica y cultural. Ha publicado los texto: “Escuela Normal de La Serena: testimonios de una vocación (2007)”; “Sembrando Abecedarios; Historia, Pedagogía y Asistencia en la Educación Primaria Rural, Región de Coquimbo (2012)”. También, es coautora: “Revolución Constituyente; Tributo a Pedro Pablo Muñoz Godoy, Comandante de los Igualitarios (2009)”; “El Sitio de La Serena y la Revolución de los Libres, A las glorias del pueblo de Atacama y Coquimbo (2013)”; “Elizabeth — Isabel Bongard: Migrante y protagonista de la reforma educacional en Chile (2011)”, y reconstruyó la biobibliografía contextualizada de Manuel Concha, para la redición de “Crónicas de La Serena” (2011). “Historia, música y poesía para Chile (2016)”, etc. Es socia de la Sociedad Patrimonial Pedro Pablo Muñoz Godoy (SPPMG).
Un saludo respetuoso para todos los profesores de Chile. Mis heermanos Juana, María, Bartolomé (que falleció en Abril en Ecuador) y Mónica, que aún es profesora en Ninhue, son piezas angulares en la familia, por eso mi saludo y respeto para todos. Con afaecto.
Es una vergüenza que en esta patria, las personas formadoras de hombres y mujeres reciban una verdadera limosna en restitución por todos esos años que generosamente entregaron conocimiento, educación y amor, mientras los por ellos formados cobren sueldos millonarios y miren para el lado o no reconozcan lo que por derecho les pertenece a miles de docentes estafados por la clase política.
Tiene toda la razón el Sr. Juan García Ro. No es posible que el Estado chileno se burle de los docentes por quienes fueron formadores de hombres y mujeres de bien de este país. Sin embargo, la triste realidad nos muestra todo lo contrario. En efecto, el político Piñera se burla de todos nosotros cuando nombra Ministro a un tal Jobet, quien se ha dado el lujo de premiar con costosas vacaciones en el Caribe a los altos ejecutivos que profitan del sistema de pensiones actual, y esto con cargo a los fondos de pensiones que ellos administran. Creo que la frescura y el abuso por parte del Presidente de la República no tiene parangón en la historia de nuestros anteriores mandatarios. Cómo es posible pensar que una persona pueda sobrevivir con la mísera suma de $ 161.000.- que debería distribuir en pago de alimentación, salud y habitación?. Sólo pueden pensarlo quienes son los creadores de este sistema inhumano que son las AFP.El camino entonces es:movilizarnos todos unidos en torno a la Propuesta de la Coordinadora de Trabajadores NO+AFP, con el fin de derribar este sistema que no es un sistema de pensiones, ., por uno de Reparto Solidario, con Financiamiento Tripartito y un Fondo de Reserva Técnica, de manera que a futuro se termine con el abuso en las pensiones futuras. Para que así se terminen los abusos como el caso que describe la docente y colega señora Susana Pacheco.
Querida Srta. Susana:
Soy uno de los miles de alumnos que puedo dar fé de su sublime entrega como formadora de niños y de su inquebrantable amor por su profesión como maestra normalista, así como de la nueva forma de educar, basado en el amor al alumno – cualquiera fiera su clase – la comprensión hacia aquel y su entorno, hacia sus carencias y sus debilidades, lo cual hacía que este se sintiera protegido, comprendido y escuchado, forma que permitía que el proceso de formación fuera entendido por el estudiante como una elección de superación y no una imposición.
Sólo tuve la dicha – y el honor – de ser su alumno en el último año (sexto de preparatoria) lo cual era el máximo de estudios a lo cual podíamos aspirar alumnos como yo proveniente de una familia de mineros y agricultores en ese pueblo de Cerrillos de Tamaya y en tan corto período pude conocerla y entender que su proposición educativa era diferente a la que estábamos acostumbrados, razón por la cual los alumnos la adorábamos y todos querían que fuera su profesora. En mi caso, dejó una chispa encendida respecto lo que se podía conseguir si abrazábamos los estudios como una forma de superación, lo cual dio fruto más de 25 años después cuando me convertí en profesional universitario gracias a que nunca olvidé su forma de estimularme para que siguiera estudiando, pues élla vislumbró en mí capacidades en que nadie había reparado y esa chispa se convirtió en llama iluminante para conseguir ser profesional y que mi vida cambiara por completo.
Después de más de 50 años pude volver a encontrarla y agradecerle todo lo que me entregó y – lo más importante – haber sembrado en mí aquella semilla que germinó y que terminó siendo fundamental para lograr lo que hoy – orgullosamente – le dedico: una familia feliz, consolidada y cimentada en logros que, sin su estímulo, no habría sido posible.
Muchas gracias Señorita Susana, y espero que la Patria, aquella que le debe tanto – ademas de la deuda histórica – a través de sus autoridades proceda a reparar el mal causado. En todo caso, pienso que la gratitud que sentimos muchos de los que recibimos sus enseñanzas es más grande y vale más de lo que le adeuda el Estado, no obstante debe – La Patria – ser consecuente y honrar sus deudas.
Un abrazo Señorita Susana de parte de su ex-alumno
Lorenzo Díaz Contreras
Contado Público y Auditor
Pontificia Universidad Católica del Norte
Santiago, 21 de Junio de 2019