Debido a que el libro Historia del Huasco” de L. Joaquín Morales Ocaranza era inencontrable, incluso no se hallaba en bibliotecas, surgió la necesidad de reeditar esta obra fundamental para comprender al ser del Norte chileno, especialmente de la participación de Atacama y Coquimbo, en la creación de la República y de su desarrollo anterior y ulterior. En esta edición, se incluyen algunas fotografías epocales de los coleccionistas e historiadores del Huasco, Oriel Álvarez Hidalgo y Mario Rojas Madrid.
La Historia del Huasco, que fuera publicada en su primera edición en 1896, es ahora reeditada por las editoriales regionales: Medio Día en Punto y Ediciones Volantines, con el patrocinio de la Sociedad de Creación y Acciones Literarias Región de Coquimbo (SALC) y la Sociedad Patrimonial Pedro Pablo Muñoz Godoy (SPPMG). Esta contiene un estudio de parte del poeta y director del Museo del Huasco, Jorge Eduardo Zambra. En la presente edición se actualizó la ortografía y se agregaron notas aclaratorias contextualizadas y bibliográficas del historiador, Joel Avilez. La portada corresponde a una acuarela sobre papel del Valle del Huasco, de Pedro Amado Pissis, 1858. Este libro fue realizado por un equipo editorial compuesto por Catherine Trigo, Miriam Marín Díaz, Eva Tapia Cortés, Joel Avilez Leiva, Juan García Rodríguez y Arturo Volantines Reinoso.
La Historia del Huasco es un recorrido de varios siglos en la historia de este valle, de la Región de Coquimbo y de nuestro país. En sus páginas queda aclarada la fundamental participación de los “Cazadores de Coquimbo”, que definieron la Batalla de Maipú, precisando que estos eran huasquinos, cuando la Región de Atacama dependía administrativamente de Coquimbo. También, denota los hechos correspondientes a las revoluciones de 1851 y 1859 y otros procesos revolucionarios, que han marcado a la región y al país. Fundamentalmente, denota la férrea unidad y características que unen el llamado “Norte Infinito”, en los hechos históricos relevantes del país, donde sobresaltan las primeras manifestaciones sociales, militares y culturales de la República de Chile. La riqueza de este libro es un estudio riguroso de su historia; sin embargo, puede leerse como una novela o un relato vivencial.
Algunos de los capítulos de esta obra se refieren a: El valle del Huasco. Etimología de su nombre. Su hoya y sus macizos; Aborígenes del Huasco; Diego de Almagro; Fundación de San Ambrosio de Vallenar; Creación de la Villa de Freirina. Segundo periodo del cabildo en Vallenar; Las costumbres en el Huasco; La agricultura; La minería, etc.
La vida y obra del médico huasquino Luis Joaquín Morales Ocaranza es una epopeya, ya que fue médico de los mineros, en los nacientes minerales de Carrizal Alto, Chañarcillo, Jote, Labrar, San Juan, entre otras. Además, escribió algunos otros libros, incluidos los referentes a su especialidad. El doctor Morales, fue un fervoroso amante de su tierra; incursionó en la poesía y teatro; ganó premios literarios y participó, activamente, en la vida social de su provincia. Resulta muy importante, para la bibliografía chilena, sus estudios, ya que los archivos regionales, a los cuales él tuvo acceso, posteriormente se quemaron o desaparecieron. Asimismo, el doctor Morales tuvo un fuerte compromiso con las raíces y el ethos de este sector, e incluso, escribió una obra premiada en su época en Copiapó, en torno a la llegada de los españoles, el saqueo y exterminio de estos valles. También, en el ámbito médico es legendario, porque fue uno de los primeros que publicó un estudio en torno a la salud minera y sus enfermedades, en su libro llamado: Higiene Práctica de los Mineros.
Está previsto que este libro será lanzado en las ciudades de La Serena, Vallenar, Huasco, Copiapó y en un acto solemne en el ex-Congreso Nacional, con la presencia de altas autoridades del país, incluidos los parlamentarios de las Regiones de Atacama y Coquimbo.
El escritor Arturo Volantines, dice, respecto al libro: “Esta historia (3ra edición) es tributo a la heroicidad del valle del Huasco y, especialmente al comandante, José Antonio Peña y su “Legión Huasquina” —en el Ejército Revolucionario del poeta y general Pedro León Gallo— quienes, con sus acciones y vidas, fueron cardinales para derrotar a las tropas centralistas en la Batalla de Los Loros (1859), cerca de La Serena, que es, además, el hecho más legendario de Atacama. Y, particularmente, es homenaje al doctor Luis Joaquín Morales Ocaranza (1861—1915), que no sólo escribió este libro, sino varios más. Su vida al servicio de la comunidad fue prodigiosa, descubridora y tenaz, al revivir datos y dotes que sustentan el legendario ser del Huasco. Le agradecemos también el recordarnos la importancia que tiene este pueblo en la minería y su aporte al desarrollo económico del país. Tiene bibliografía contextualizada realizada por el poeta e historiador, Jorge Eduardo Zambra. Se actualizó la ortografía. Se corrigieron algunas erratas de la primera edición (1981). Y se agregaron notas aclaratorias en la presente edición. La “Historia del Huasco” es logro narrativo, entusiasta y desvelador del ethos de esta provincia y, sobre todo, de cómo aparece Atacama en el mundo; revela que Atacama sigue sosteniendo clarísimo futuro, porque además de sus abundantes riquezas nativas, posee un sustrato cultural magnífico y propio en el mundo”.
El director del Museo del Huasco, Jorge Eduardo Zambra, señala en la introducción del libro: “De valor sustancial en la obra son los segmentos sobre la minería. El investigador expone nuestro historial minero, iniciándolo con los indígenas, en la época prehispánica, con testimonio de estos últimos en las minas Santa Catalina, El Zapallo y Camarones, con alusión al maray como instrumento de molienda. Se extiende a la etapa de expansión de la actividad con los españoles, y a la importancia que le dieron al oro y al cobre. Observa el difundido empleo en el Huasco, del horno de manga como dispositivo para la fundición del cobre en los tipos de “los óxidos y los carbonatos”. Incluye antecedentes, tocantes al Huasco, sobre minas en trabajo, del informe del Real Tribunal de Minería, de Juan Egaña (1803). Además, se vale de datos conseguidos personalmente y otros tomados del intendente De la Fuente, para enumerar los más importantes yacimientos de oro de Vallenar y Freirina; también los más afamados de cobre, de ambos, ahora, ex departamentos. Igualmente acude al informe Díaz – San Roque, y por cierto, a Vicuña Mackenna. Morales dispone un vasto panorama de multitud de minas, grandes o pequeñas, distantes o cercanas, que abarcan los cuatro puntos cardinales de la tierra huasquina; convoca a la dinastía, de oscura suerte, de los descubridores de yacimientos; cita a numerosas figuras de la industria y valora a los que fueron más allá de los afanes de la empresa, a Gregorio Aracena y su estrella de la independencia patria, al cura Zavala y su estrella de la educación popular, a Nicolás Naranjo y su estrella de la filantropía; da espacio en el entramado de su visión a las casas comerciales de alto poder económico, incluidas las que representaban al Imperio Británico, y tácitamente, a la masa trabajadora anónima, que él conoció de cerca en su humanísimo trato de médico; en fin, con su conocimiento de estudioso del tema y también con el aval de minero de Barranconcitos, Ramadilla, y Grandones, compone el magno friso de la minería del Huasco”.