Es una obra contundentemente bibliográfica. Acude el autor a sinnúmero de fuentes primarias con mucha precisión, tanto en Chile como en el extranjero.
Mario Amorós tiene experiencia al respecto. Ha publicado otras biografías contextualizadas. Es, además, un libro fundamental en torno al P.C. chileno; ya que relata profundos y nimios hechos, muy pocos conocidos, de la lucha del pueblo de Chile. Muchos horrores de su gente, como, por ejemplo: el asesinato de los hermanos Weibel. El autor es detallista y riguroso. Además, escribe bien.
Este libro de 500 páginas desarrolla la biografía de Gladys Marín, desde su nacimiento (Curepto, 1937) hasta su deceso, pasando por hechos tórridos y terribles de su vida y de su Partido: la muerte de muchos de sus compañeros; especialmente, los miembros de la dirección del P.C. clandestino y el secuestro y asesinato del padre de sus hijos, Jorge Muñoz Poutays.
La muerte prematura de Gladys, el 6 de marzo de 2005, por cáncer repentino, aquí, es contado profusamente. Y, como en Suecia y Cuba, se trató de detener la enfermedad. Y, luego, se procuró que su convalecencia fuera menos dolorosa. Fue muy acompañada por sus amigos y familiares; ella, también, era apañada por un círculo muy sólido y amplio, que incluía a muchos artistas, tal: Pedro Lemebel, Isabel Parra y una larga lista.
Indudablemente, no es libro ideológico sino bibliográfico. Sus alcances son insospechados, porque profundiza en el P.C. chileno. Gladys es relatada: ejemplar, articuladora, brillante y, sobre todo, laboriosamente consecuente con su militancia. Ella sobrevivió a persecución aberrante; era prioridad para ser asesinada, pero no pudieron los esbirros: salía y entraba a Chile así Manuel Rodríguez.
La “Jota”, también, aparece, aquí, detalladamente. Durante la Unidad Popular tenía más de 60.000 militantes y cubría notablemente la música, la literatura y presidía la mayoría de las federaciones de estudiantes de las universidades. Le costó la desaparición del subsecretario, José Weibel y de muchos jóvenes miembros de su Comité Central, como el combarbalino —que era minero en El Salvador—, Benito Tapia.
Gladys era menuda, pero gigante. La vi varias veces de cerca, en los 70: tez blanca con algunos lunares; su reinado se confundía con los amarantos. Es verdad que no era de gran belleza física, como dice el autor; pero, sí: luminosa, atractiva; hablaba en forma sencilla y precisa. Coincido con Amorós en el retrato icónico de Gladys Marín.
Pero, este libro no solo es una biografía contextualizada de Gladys Marín sino del P.C.; de sus vivos y sus muertos; de Recabarren y Lafertte; de la controvertida Rebelión Popular de Masas y del FPMR. Es un libro introductorio del ethos del Partido Comunista. Y, sobre todo, de la lucha legendaria de una de las mujeres más notables de la historia de Chile.