Por Arturo Volantines
En la bicentenaria Sociedad de Artesanos de La Serena, se hizo luz —el viernes, 12 de abril de 2013, a partir de las 19:30 horas—, el libro de las memorias del Kiko Luis Enrique Carvajal Naranjo: La Serena que conocí, 1900-1950.
El sociólogo y escritor de la Sociedad Patrimonial Pedro Pablo Muñoz Godoy, Julián González Reyes, presentó la obra. El recinto se hizo chico. Y terminó con una inusual cena patronal. Julián y yo nos reunimos varias veces con el Kiko, para lograr un acuerdo, y poder cumplir con sus deseos de patrón malas pulgas. Unas botellas de vino celestial, sacadas del escritorio, en su biblioteca, facilitaron cumplir sus exigencias exóticas.
Este libro era muy esperado; gravitante para la historiografía regional. Se trata de las memorias de un serenense que vio y participó en hechos memorables de la ciudad, especialmente en la primera parte del siglo pasado.
Algunos de los temas que Luis Enrique Carvajal Naranjo, toca: “La Serena desde mi Perspectiva, La Sociedad Serenense, La Bocina de Floto, Las Fantasías de Míster Latcham, Se Está Quemando el Obispado, El Frente Popular, Un Excéntrico Serenense, El Cemento Juan Soldado, El Pueblo lo Llamaba Gabriel, El Plan Serena”, etc. También, contiene un sinnúmero de fotos; un apéndice genealógico, mapas y bibliografías.
El autor dijo de su obra: “La Serena que conocí, primer tomo de mis apuntes auto-biográficos, describe desde mi particular punto de vista la historia de la vida cotidiana de nuestra ciudad durante la primera mitad del siglo XX, sin dejar por ello de hacer mención de personajes y acontecimientos ocurridos en anteriores centurias, cuando por su relevancia y a la vez desconocimiento general, estimé necesario incluirlos. El siguiente tomo, La Serena que viví —que describiré si mi propia naturaleza humana me lo permite—, comprenderá la segunda mitad del siglo XX. Así alcanzaré —Dios mediante— el objetivo propuesto: “contribuir modestamente a ampliar la historia escrita de La Serena, tan pobre al cabo de cerca de quinientos años de existencia”, como señalo en la crónica: La Serena desde mi perspectiva”.
Tal, su libro anterior, El Castigo de la momia Relatos serenense del siglo XX (1997), esta obra se volvió leyenda.