Publicar una revista de cultura es ya un hecho, además de noble, heroico; pero publicar revistas de poesía linda en lo dramático; pocas viven, aunque muchas sobreviven porque en sus hojas y en sus páginas aparecieron y brillaron muchos nombres que el tiempo coronó con el prestigio y el laurel vivo del merecimiento. Y en Chile, como en otras tierras, las revistas de poesía florecieron para guardar en el pliego impreso la realidad y el deseo, la ilusión y la evidencia de los hombres y las mujeres que pusieron en el verso la corriente de la sangre y el sonido permanente del corazón: los poetas crecen en la palabra y por ella habrá que conocerlos y por ella habrán de ser conocidos.
Pero hay una mujer, nacida en Valparaíso, con actual residencia en Arica, llamada Alicia Galaz Vivar, que ha tomado la responsabilidad de fundar y dirigir en el Norte una Revista de poesía, llamada Tebaida, que lleva ya seis números a su haber, que anuncia (o ha salido ya) el N° 7, que reúne los materiales del N° 8, y que tiene que batallar muy denodadamente para mantener esta claridad en el Norte de Chile. Se entenderá que de Tebaida surge un mundo poético movible, (colaboran además de chilenos, numerosos poetas y escritores extranjeros, latinoamericanos principalmente), cambiable, don de los autores aparecen con sus rostros interiores que los representan con la mejor fidelidad; pero este mismo mundo, aunque parezca moralmente increíble, suele causar ese “temblor de cielo” que estremece a quienes justamente van dignificando el espíritu que debe adecuarse a estas publicaciones. Alicia Galaz asume, por fortuna y por naturaleza, una actitud más alta, hecho que le permite continuar desarrollando su hermosa labor.
Pero Alicia Galaz no es sólo la Directora de la Revista Tebaida; es Catedrática de Literatura Española Medieval y Clásica en la Universidad de Chile, Sede Arica, y ha publicado las siguientes obras: “La fábula de Píramo y Tisbe y la interpretación burlesca de la mitología grecolatina”, 1955 (Edic. Facultad de Filosofía y Educación, de la Universidad de Chile); Análisis Estilístico de la Fábula de Píramo y Tisbe, de don Luis de Góngora, 1958 (Ediciones de la U. de Chile), y Antología de Romances. Letrillas, Sonetos y Canciones, y fragmento de la Soledad Primera, de Luis de Góngora. (Edit. Universitaria, 1961), y sus trabajos literarios están registrados en diversos periódicos y revistas de América Latina, principalmente en Cormorán y Delfín, de Buenos Aires OCLAE, de la Habana, Kilka, de Tacna, Perú; Jornada Poética, de Arequipa; Alberdi, de Vedia, Argentina.
Por que Alicia Galaz es poeta: pronto habrá de aparecer su obra Jaula Gruesa para el Animal Hembra, y entonces vamos a saber definitivamente cuál es el registro que ha venido circulando en todas estas publicaciones, como dejando en esas páginas parcialidades de su pensamiento, del corazón, de la inteligencia: Alicia Galaz no es mujer que haga una poesía habitual, de acomodación ambiental. Hemos conocido, por fortuna, los originales de su obra; y hay en su verso, en toda la existencia que lo distingue, aún cuando está ceñida por una dirección dramática evidente, es profundizada mediante la afirmación de un mundo que –si la hiere- mantiene vivas las venas de la mujer, del poeta que allí existe para dar testimonio de la responsabilidad de su canto:
“…A duerme vela, de sobresalto armados,
tus hijos se defienden de invisibles fantasmas,
cuando de pronto emerges en la puerta
tratando de tocarte para saber si estas vivo…”
No hay muchas hojas celestes ni celestiales en la poesía de Alicia Galaz Vivar: hay, sí, un camino definido hacia su propio centro, allí donde ella verdaderamente existe, empeñándose en recoger el mundo que viene a vivir a su lado para que nosotros lo descubramos por su raíz y por su palabra, por su sangre y por su pensamiento.
Y quien así dirige una Revista de Poesía es porque conoce muy bien la manera de garantizar una publicación con nobleza, con generosidad, con la eficiencia de quien, primeramente, se ha exigido para que los demás la reconozcan desde lejos y la encuentren siempre en la certidumbre de su rostro y en la claridad de sus manos inconfundibles.
* Alicia Galaz publicó tres libros de poesía: Jaula gruesa para el animal hembra, Ed. Mimbre, Arica, Chile, 1972; Oficio de mudanza, Betania, Madrid, 1987; Señas distantes de lo preferido, LAR, Santiago-Concepción, Chile, 1990). Su poesía aparece en numerosas antologías en Latinoamérica, España y Estados Unidos (Bocannera, Agosín, Lagos) y en revistas especializadas.
Como ensayista se destacó con su Antología Anotada de Luis de Góngora (Ed. Universtaia, Santiago, 1961), que ha pasado a ser un clásico universal en el estudio del poeta cordobés y es texto que se utiliza en los cursos doctorales de Universidades en España, Latinoamérica y Estados Unidos.
Sus publicaciones en el campo de los estudios literarios son numerosas.
Fue profesora en las sedes Antofagasta y Arica de la Universidad de Chile.
Debió abandonar el país como consecuencia del golpe militar de 1973 y se radicó en Estados Unidos, donde obtuvo un Doctorado en Letras en la Universidad de Alabama.
Profesora asistente en esa Universidad; conferencista de Estudios Doctorales en la del Estado de Carolina del Norte y catedrática titular en la del Estado de Tennessee, donde jubiló con el rango de Profesor Emeritus.
Realizó una importante labor como directora de la Revista Tebaida-Chilepoesía (publicada por la Ed. Nascimento), entre 1968 y 1973 que alcanzó una difusión continental.
Alicia Galaz falleció en la ciudad universitaria de Martin, Tennessee, su lugar de residencia, en Estados Unidos, el 18 de octubre del 2003.
** Este artículo escrito por Víctor Castro fue publicado en la Revista Occidente, N° 236, en mayo de 1972; y fue reproducido en el diario Concordia de Arica, el día domingo 17 de septiembre de 1972. Tanto el artículo como la biografía y las fotos de Alicia Galaz fueron tomados por Arturo Volantines desde el “Archivo Oliver Welden”.
Ariel Santibáñez, escribió en Tebaida. Después se trasladó a Antofagasta a fines de los 60, siendo alumno de la Universidad del Norte en la Escuela de Castellano. Dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria en los 70. Lo vi por última vez a principios de noviembre de 1973 en la Plaza del Mercado en Antofagasta. Detenido desaparecido posteriormente. Es mi amigo. Hasta la victoria siempre.