Selección y notas: Arturo Volantines
Ediciones Universitarias, Universidad Católica del Norte
Nació en noviembre de 1958, y antes del ‘80 ya había llegado a La Serena con su familia, también vinculada al mundo cultural y social. Profesora de literatura, especialista en Gabriela Mistral, cuya memoria profesional versa sobre la premio Nobel. Co-funda el Colectivo de los poetas de la Bahía de Guayacán, y participa casi desde su fundación en las actividades de la SECH. regional. Ha publicado dos textos: el libro objeto “Ojo Facetado” y “Piedras de Trueno”. Su obra aparece en la antología “Noticias de Mujeres Poetas”, de la revista Nomadías nº 3, Universidad de Chile. Ha realizado un sinnúmero de recitales de poesía: individuales, con el poeta Tristán Altagracia y otro en la Biblioteca Nacional con Altagracia y Arturo Volantines. Pertenece al movimiento del Desierto Florido. Ha sido becaria del Fondo del Libro. Raúl Zurita dice de su obra: “De una gran libertad creativa, fuerza y originalidad. Elena Jiménez se ha ganado un lugar de singular relevancia en la poesía contemporánea de nuestro país. Sus poemas son verdaderas descargas, en sus grandes momentos son como truenos, piedras que estallan haciéndose luz”.
…Me parece ver iluminado y bullente con nuestras presencias el concurrido café Tito’s de la época, en la esquina de O’Higgins y cordovez; lugar de diálogo, encuentro y literatura.
¡ Qué importaba que cuando saliéramos, afuera en plena calle, se nos helara el alma de impotencia y pena ! No pudieron nunca contra nuestros sueños de un mundo mejor.
Ahí estábamos de nuevo, espléndidos, cómo nos habría visto Rimbaud.
Algunas noches venían con lluvia, otras, abrigadas, igual reencontrábamos la magia. Transcurría el tiempo, llegaban jóvenes poetas universitarios…
En algunas ocasiones llegaban al café poetas que nos visitaban desde Santiago. Carlos Mellado, ese ser maravilloso, que cuando saludaba, de los bolsillos de su chaqueta caían ajos y cebollas. Y el poeta Tristán Altagracia, a quien conocí en esos años, y que indiscutiblemente contribuyó a la génesis de la nueva poesía del norte de Chile.
La construcción de una memoria, la interpretación y el reconocimiento de ella es tarea de los hombres, el tiempo, la historia. Ya vendrá un tiempo en que otros recordarán nuestros nombres escritos con la tinta del dolor, pero también con la de la esperanza y el amor: la tinta de la resurrección.
De: Presencia del café Tito’s.
Elba Elena Jiménez
***
Cabalgata de las walkirias
Escucho a Wagner
en imágenes
relucientes amazonas
cruzan las selvas de América.
Walkirias cabalgando,
verdean sus mentes
bajo la lluvia.
Humus y sol
sus pechos cobrizos.
Música en las fraguas
música las palabras y plantas
arrastradas por los ríos.
Las veo en las cimas
de bosques y montañas
construir puentes de cimbra
desde allí
avistan el territorio
y las salvajes bestias
de su destino.
Cunde un rumor de mosquitos,
iguanas
pájaros – sombras
vienen hacia mí,
cabalgan
míticas criaturas
despiertas cada día,
en las selvas de cemento
donde hoy
vivimos
sin saber si mañana
seremos
también leyenda.
***
Tu-tela sideral
Arenas reptan penitentes vagando
por silenciosas playas
vidrean al Norte no cielo
destos bosques del sol
Luces se filtran en la carne de las aguas
Sueñan los altos pinos del mar
De la noche flamean
pastizales y sábanas sudorosas
extienden la sombra de Dios
caída del mundo.
***
Manchas de color
¡ Cuanta paloma golpea mi cabeza en este viaje !
cuadros agarro al vuelo
Mírame con ojos llenos de pintura
Incrédulo a ti te digo
Soy yo, la pecadora
La más santa
Venus por el soplo de Botticelli
Aparición no
sol blanco girando dentro de ti
Ciertamente todo sueño duerme
en nosotros mismos
Ven
no me des la espalda
ahora que Tiziano
ha puesto su mano angélica
y suelta voy dando pinceladas
con el aliento de las épocas
Afiebrada, desnuda
mientras cae y cae la nieve
De la vida vengo
a reposar en la tela, créeme
Nunca me verás
programada en el computador.
***
In illo tempore
En el tiempo de los peces lengua
hablábamos a las cañas
en secreto,
descubriendo nidales de huevos
libaban las abejas
y verdes lagartos
buscaban la luz del sol.
Había el gesto
en los brazos desnudos
y era el mar.
Dios retrató las aguas y la tierra
en el gran lienzo de la memoria.
Yo recuerdo
las primeras escenas
del baile original
miradas perdidas
al fondo de la composición.
Y atrevido el color
del fuego fatuo
trajo la fotografía
con su juego de miradas;
hombres y mujeres
como salidos
del infierno del Dante
catatónicos
hilan en la rueca del poder
ni las tormentas los disuaden.
Olvidan
los primeros frescos
¿no saben acaso?
que el mar retorna siempre
para que podamos alcanzarlo
sólo al final de la vida.
***
Señales del mundo arbóreo
Mucho antes
que indios, negros
blancos y mestizos
viniéramos aquí.
Antes de nuestro asombro
y cansancio
estaban los Galápagos
las curubas, el zompopo;
Danibacuza en Oaxaca,
Paihuano en el valle de Elqui.
Anterior al guillatún
fue la luz solar.
Las voces del viento,
la lluvia, los pájaros,
el mar
fueron antes
del sonido de quenas,
tunes y cultrún.
En los llampos
crecían nisperales,
hilitos
subida de las aguas
surcos en las piedras
en la tierra.
La noche era
de los astros entonces
revelaciones para quién,
para quiénes,
sino para los ojos
de los pájaros
donde mece su cuna
la eternidad.
***
Piedras de trueno
¿ Como encontrar las piedras del trueno ?
escondidas acaso
en la inmensidad
de los caminos
bajo las rocosidades
ásperas del tiempo.
Ellas traían la tormenta
leche de montaña
para los hijos despiertos
mientras la paz del mundo
era una guerra incipiente.
Silbaban en esos santuarios
del silencio
tierra fértil
eran nuestros alientos.
Salvajes nos llamábamos entonces
Piel de lagarto
Victoriosos
¿ Cómo encontrar las piedras del trueno ?
¿ Entre las arenas del desierto ?
¿ En las rutas
de los aviones perdidos ?
¿ En la mirada verdusca
de los muertos ?
O quizás
en el dormido corazón
de los hombres.
***
Tener por fin último el oro
A Patricia Israel
Los alucinados de 1541
se hacen a la mar profunda
carima…caribe…caníbal
¿calibán?
susurran las aguas
de América
en el oleaje: grifos
tritones, leviatanes
en el viento
hombres
con sólo un ojo en la frente.
En este sueño
han visto juntos
distintos pedazos de cielo
con el sol ecuatorial
el río y la tierra
se hacen oro.
Antes que en Guayana
o en Colombia
el mítico Dorado
está en sus cerebros
y corazones ardientes.
La tinta del delirio:
una navaja plateada
“los ojos de la pantera
se confunden con las flores”
brillan, cegados de ambición
Oro de mil caras
incendia la noche americana
“Tumbados se sumergen
en la vía láctea
y los archipiélagos de las estrellas
cuelgan tan cerca de ellos
que estiran el brazo
para tocarlas”.
Amanece
En el verdor de la selva
respiran anguilas eléctricas;
arañas tejedoras
cazan aves enormes
Los conquistadores de “sucias yelmos”
alucinan
con el país ignoto
donde un rey
untado de resinas olorosas
cubre su cuerpo
con polvo de oro
se sumerge en el río sagrado.
No nos equivoquemos
de la palabra Dios
vienen los ríos
de ellos vienen las aguas
y del verdor,
los grandes valles,
el rocío primero
Hubo un Gonzalo Pizarro,
un Francisco de Orellana,
un capitán de Urzúa.
Las aguas lo purifican todo
Todos ellos perecieron.
***
El día en que tú y yo nos
casamos por el mar
Todo el mar se nos ha entrado por el cuerpo
Un ir y venir de aguas
en cámaras marinas
recoge nuestras voces
De alegría nos viste
la blanca túnica del sol
arriba de la frente
La bahía de lo sincero
nos hace de mar los pensamientos
luego descendemos con otras cantantes aguas
en el roquerío de la época
y bailamos
pronunciando la más alta
ávida
única sílaba del hombre en la mujer
pactando
su perdida inocencia
con la gracia del mar.
¨***
Tener por fin último el oro
A Patricia Israel
Los alucinados de 1541
se hacen a la mar profunda
carima…caribe…caníbal
¿calibán?
susurran las aguas
de América
en el oleaje: grifos
tritones, leviatanes
en el viento
hombres
con sólo un ojo en la frente.
En este sueño
han visto juntos
distintos pedazos de cielo
con el sol ecuatorial
el río y la tierra
se hacen oro.
Antes que en Guayana
o en Colombia
el mítico Dorado
está en sus cerebros
y corazones ardientes.
La tinta del delirio:
una navaja plateada
“los ojos de la pantera
se confunden con las flores”
brillan, cegados de ambición
Oro de mil caras
incendia la noche americana
“Tumbados se sumergen
en la vía láctea
y los archipiélagos de las estrellas
cuelgan tan cerca de ellos
que estiran el brazo
para tocarlas”.
Amanece
En el verdor de la selva
respiran anguilas eléctricas;
arañas tejedoras
cazan aves enormes
Los conquistadores de “sucias yelmos”
alucinan
con el país ignoto
donde un rey
untado de resinas olorosas
cubre su cuerpo
con polvo de oro
se sumerge en el río sagrado.
No nos equivoquemos
de la palabra Dios
vienen los ríos
de ellos vienen las aguas
y del verdor,
los grandes valles,
el rocío primero
Hubo un Gonzalo Pizarro,
un Francisco de Orellana,
un capitán de Urzúa.
Las aguas lo purifican todo
Todos ellos perecieron.