Mis reflexiones
Por Luis Gallardo Munizaga*
No se si sea tan importante el nombre que pongamos al proceso de estructuración de una nueva Constitución, me parece más relevante su objetivo y sus dos características esenciales: su origen y su legitimidad. Salvo e. u o, esta es la primera vez en nuestra historia republicana, que el país tendrá la gran oportunidad de generar una Constitución verdaderamente democrática en su origen porque la gran mayoría, en toda su diversidad, tendrá la ocasión de intervenir, de una u otra forma, en su gestación, partiendo por expresar su deseo en el llamado Plebiscito de Entrada y su legitimidad dependerá de la responsabilidad con que asumamos el ejercicio de un derecho, el sufragio, libre e informado y que debiéramos considerar como obligatorio no porque haya mandato de la autoridad competente, sino por estimarlo, cada uno los chilenos, como un deber ciudadano.
El concepto general de Nación es uno sólo y no presenta variantes. También el concepto de Estado es uno sólo pero hay, a lo menos, dos variantes que son diametralmente opuestas: una es el Estado Subsidiario y la otra, el Estado Solidario o Benefactor como también se le denomina. Y en algún momento del proceso, quizás seamos llamados a optar por uno u otro.
El Estado Subsidiario se fundamenta en tres pilares: los principios del Neoliberalismo Económico, la Economía de Mercado y la Libre Competencia. Este modelo privilegia la actividad privada ya sea personal o corporativa, con reducción del aparato del Estado a su mínima expresión, con una capacidad de ´fiscalización o supervisión también muy reducida y con intervención a través de subsidios, lo que significa que el Estado ayuda al individuo cuando la actividad privada no tiene capacidad para hacerlo o cuando el propio individuo tampoco puede solucionarla por sí mismo. En este modelo, el Estado tampoco tiene capacidad reguladora sobre la distribución de la riqueza que el país produce.
El Estado Solidario se caracteriza por que su centro de acción es la persona humana como individuo y como integrante de la sociedad, por lo tanto, busca simultáneamente, el bienestar individual y social. Asume, además, un rol importante en las políticas de distribución equitativa de la riqueza producida. No se opone a la actividad privada pero si se preocupa de evitar excesos que atenten o dañen el bien social y trata de compatibilizar su existencia con la actividad estatal o fiscal. A diferencia del Estado Subsidiario, el Estado Solidario no garantiza el acceso a la educación la salud, la previsión o la justicia, sino que los considera como derechos fundamentales de las personas.
Continúo el tema anterior pero visto desde otra perspectiva, con ejemplos contundentes y expresando, además algunas preocupaciones que me parecen importantes.
Quizás pueda estimarse que el gobierno del Presidente Frei Montalva se haya acercado al modelo de Estado Solidario, especialmente en materias agrícolas y educacionales y también el del Presidente Allende, que fracasó esencialmente por una excesiva polarización. Como estos gobiernos ya son historia, dejo a los historiadores entrar en análisis de mayor fineza, porque mi preocupación central, actual y futura es otra y para desarrollarla parto de un razonamiento acuñado en la Antigua Grecia: “En cualquier orden de cosas, los extremos son siempre perniciosos o dañinos, un extremo por defecto y el otro por exceso.
Dependiendo de las características propias del país donde se aplique, uno u otro modelo de Estado, Solidario o Subsidiario, podrían ser eficientes si quienes lo materializan lo hacen con arreglo a las normas que establecen la Moral y la Etica, disciplinas éstas que son las que rigen las conductas humanas tanto como entes individuales o bien constituyendo grupos sociales y en conjunto, Moral y Etica, establecen que las libertades individuales o grupales terminan donde comienzan las libertades individuales o grupales de los demás. Mantenerse dentro del círculo permite la existencia del respeto mutuo pero excederlo significa la presencia del abuso, instancias ambas, generadoras de sentimientos muy opuestos y causantes de fricciones de distinta naturaleza e intensidad.
Si analizamos con alguna detención estos 30 años, los principios morales y éticos que debieron regir las conductas humanas, veremos que en forma creciente estas fueron transgredidas permanentemente hasta originar una crisis casi absoluta que ha remecido, finalmente los cimientos de la convivencia social sana.
Desde una mirada nacional, no puede discutirse que, hasta antes de 1973, siempre se consideró a la las FF.AA y de Orden como instituciones morales y éticas pero, muchos hechos posteriores, sobradamente conocidos, las desplazaron de esta consideración. Mucho les ha costado a éstas salir de este incómodo estadio y cuando, según las encuestas de opinión, lo estaban logrando diversos hechos ocurridos al interior de las mismas, conocidos como “Paco Gate y Milico Gate” les ha impedido recuperar el perdido prestigio institucional.
¿Quién no consideró a las Iglesias como instituciones esencialmente morales y éticas? Hoy, sin embargo, las deplorables conductas de muchos de sus miembros con o sin jerarquía y rayanas en lo delictual, han destruido su credibilidad y la confianza de sus fieles. Similar panorama ha sido posible observar en el ejercicio de sus deberes en importantes miembros del poder judicial que han llegado incluso al suicidio para no asumir en vida el oprobio de sus malas conductas y también encontramos abogados desarrollando malas prácticas. Y si miramos el comportamiento de grandes conglomerados empresariales en relación con el respeto a los principios de la Libre Competencia, encontramos grandes fallas en su moralidad y ética empresarial y comercial. Aquí encontramos a las tres grandes cadenas farmacéuticas, a las tres grandes productoras de pollos, a los productores de papel higiénico, a las AFPs e Isapres, a las tres más grandes cadenas de Supermercados, a conocidas tiendas de retail, y un demasiado largo etcétera. Todas ellas han cometido importantes delitos comerciales siendo los más importantes concordar volúmenes de producción y la colusión en los precios, ambos dirigidos contra sus consumidores o clientes. Se agregan a las anteriores las malas prácticas de las empresas eléctricas y de agua potable que tienen enormes cantidades de “clientes cautivos”. Todas estas empresas ha sido llevadas a la justicia pero, lamentablemente, por defectos de las leyes, las multas aplicadas son ínfimas comparadas con las millonarias cuantías de la utilidades mal habidas.
En este abanico empresarial encontramos a los principales gestores de desprestigio y del derrumbe del actual gobierno y, por desgracia, de la mayor parte de la ciudadanía, los muchos que no poseen fortuna ni situaciones acomodadas. Sin entrar en mayores detalles, también forman parte de este vergonzoso abanico muchos congresales que no cumplen con moralidad ni ética sus altas funciones y su condición de servidores públicos haciendo gala de un alto porcentaje de atrasos y de ausencias a reuniones plenarias y de comisiones y otros extendiendo facturas “ideológicamente falsas” o comprometiendo su honra al votar leyes, como la de pesca, al recibir cuantiosas sumas de dinero. Y cuando escribo este trabajo, escucho la noticia de la intervención de un concejal de La Calera acusado y detenido por robo. Sin duda hay muy buenos políticos pero ¿Quién habla de ellos? Por desgracia, son una isla en medio de tanta podredumbre.
Todo lo expresado en el acápite anterior, son en su conjunto, la expresión de una crisis moral y ética profunda y tremendamente dañina, generadora de desconfianza, ira o rabia incontenibles, expresadas en las sostenidas manifestaciones, ya por más 50 días de repudio ciudadano, generalizado y transversal, expresado desde el 18 de Octubre pasado, siendo ello un hecho casi sin precedentes en nuestra Historia y que por desgracia, rebela nuestra enorme falla en materia de conductas cívicas.
Deseo, como la gran mayoría, que como país seamos capaces de salir de esta postración, pero veo un tremendo obstáculo que no se si podremos superar: ¿Cómo podríamos corregir de aquí a un par de años la falta de ética y de moralidad y de sentido cívico? ¿Podremos, a través de una nueva Constitución poner atajo a estos excesos y a los abusos que hemos sufrido?
Amigos, si no somos capaces de lograrlo, nuestras justas esperanzas de construir un mejor país nos hará vivir con una permanente y profunda sensación de frustración. Hemos asumido como pueblo una tarea enorme en la que NO podemos claudicar.
*Nacido en La Serena, Octubre de 1946. padres Edmundo y Eliana, ambos Profesores Normalistas. Educación Primaria, Colegio San José y Liceo de Hombres, ambos de la Serena.y Educación Secundaria en el mismo Liceo. Estudios superiores en Universidad de Chile, Sede la Serena, titulo Profesor de Estado en Biología y Ciencias Naturales y Licenciado en Educación.. Acualmente Jubilado y dedicado a la investigación histórica de la IV Región. Primera obra publicada «batallón Coquimbo y Liceo de Hombres de La Serena en la Guerra del Pacífico», año 2016. En preparación «Historia del Liceo de Hombres de La Serena. Doscientos años de tradición educacional, 1821-2021».