Octavio Álvarez Campos
Este 23 de abril, en todos los rincones del planeta, celebramos el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor establecido por UNESCO en 1995, en recuerdo de Miguel de Cervantes, Williams Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega que fallecieron en esa fecha en 1616. Se aprovecha esta misma data para “rendir homenaje universal a los libros y autores, alentando a todos y en particular a los jóvenes, a descubrir el placer de la lectura”.
Considero que estamos tan acostumbrados y familiarizados con el libro que, no le damos la importancia debida ya que sin él, sería muy difícil nuestra existencia ante la imposibilidad de mantener en nuestra mente, todo el almacenamiento que en ellos encontramos.
Llamamos libro a una obra compuesta por un conjunto de hojas de papel o de otro material, encuadernadas y protegidas por una tapa o cubierta, como ya lo explicamos en el articulo de abril de 2020, “El libro, ha sobrevivido a las pandemias y a los embates tecnológicos diarios” publicado en Diario La Región.
Hacemos un llamado a los padres o tutores de nuestros niños a incentivarlos por la lectura, ya sea en forma conjunta o individual, abriendo en ellos un mundo nuevo que no solo los lleve a aprender, entretenerse, sino que también a investigar e interesarse en darle paso a la creatividad que puede desarrollar con los incentivos correctos.
En estos tiempos de crisis sanitaria, hay que ver el lado positivo en que se pueden generar espacios en las casas para potenciar las lecturas, por ejemplo: en nuestras casa, estimular a los hijos, parientes y a los amigos a crear espacios de lectura, no presionándolos y menos imponiéndoselas; crear el hábito lector en rutinas diarias o semanales; hablarles de los libros y de nuestros poetas de la región, con respecto a este último ejemplo, cabe recordar que nuestros poetas regionales están casi en el olvido, si no fuera porque existe el llamado “paseo de los poetas” en La Serena, que en estos momentos es una vergüenza en el estado desastroso que se encuentra, considerando a que en la región tenemos Premios Nacionales (Gabriela Mistral en 1951, Víctor Domingo Silva 1954 y Braulio Arenas 1984), y el Premio Nobel de Literatura de Gabriela Mistral en1945 , a quien no se le otorga la importancia que se merece.
Uno de los problemas de porque estamos en esta situación de carencia de reconocimientos y conocimientos de sus obras es por la sencilla razón de que no existe en nuestra región, a lo igual como lo expresaba la poetisa en, “Recado sobre Unamuno” 14 de junio de 1935 con respecto a España, “una política intelectual”, que sería una “difusión organizada de su cultura”, como sí lo hacen países de Europa (Inglaterra, Alemania y Francia). Ante esto, recordemos que Gabriela Mistral unos diez años antes de recibir el Nobel, participó en una campaña en favor de Miguel de Unamuno y en escrito ya citado, nos dice: “Nuestras naciones, menospreciadoras de su propaganda entera, y de la literatura especialmente, no tienen siquiera idea aproximada de lo que significa esta campaña por el libro en español.
Se asombrarían si leyesen, los muy lerdos, en presupuestos públicos o en capítulos de gastos reservados, las gruesas sumas que los pueblos lúcidos aplican a ello”.
Hacemos un llamado a redescubrir a nuestros poetas regionales colocándolos en el sitial que se merecen y que sus obras sean conocidas por los habitantes de la Región de Coquimbo.